¿Cuántas veces te preguntas esto a ti misma? ¿cuántas veces sabes identificar lo que sientes? ¿cuántas veces te has reprimido lo que sientes o te has ocupado haciendo algo más para no sentir? ¿o cuántas veces descargas tus emociones con otras personas y luego te sientes incluso peor?
Todo esto responde a nuestra desconexión de las emociones a las que se las ha dado una importancia nula. Tan extrema ha llegado a ser esta desconexión, que en la mayoría de los casos no sabemos identificar más emociones que: alegría, tristeza, rabia, miedo y apatía. Ni siquiera tenemos el vocabulario para poder expresar como nos sentimos.
Sin embargo, es algo muy importante que debemos recuperar, ya que todas las emociones que no son expresadas, se quedan estancadas en nuestros cuerpos, ocupando un espacio que no permite nada nuevo, y congelándonos por dentro.
Y nos guste o no, toda esta acumulación de emociones no expresadas, acabará manifestándose en nuestra vida de una manera u otra: incapacidad para comenzar una relación o crear un proyecto, una enfermedad, inseguridades, escupiéndoselas desproporcionadamente a la persona que tenemos en frente y creando un problema mayor, etc.
Expresar las emociones tiene un poder sanador, ya que si vivimos esa experiencia, podemos comprender lo bueno que hay en esa emoción y la oportunidad que nos trae, igual que viene, se irá sin ocupar espacio, quedando espacio para algo nuevo, ¡todo pasa!. ¿Alguna vez os habéis fijado cuando unx niñx llora por algo, y al minuto está rodando por el suelo partidx de la risa? Si quiere llorar, llora y si quiere reír, ríe y por eso son tan felices, tan creativxs, tan libres….
Sin embargo lxs adultxs, nos vamos guardando nuestros sentimientos, y van generando cada vez más malestar dentro nuestro, más estancamiento y más infelicidad.
Por eso hoy te vengo a proponer que nos reconciliemos con nuestras emociones:
- Pregúntate: ¿Cómo me siento hoy? Date el espacio, la oportunidad y la importancia de saber cómo estás, que estás transitando… Si no identificas la emoción, no pasa nada, obsérvala y puedes incluso identificar en qué parte de tu cuerpo la sientes y observarla, prestarle atención, respirar en ella, sentirla…
- Cuando vayamos identificando nuestras emociones, déjate sentirlas. Busca la manera de expresarlas de una manera saludable. Si tienes mucha rabia, en vez de pagarla con tu compañerx que se ha olvidado de fregar los platos, coge una almohada y pega a la pared, escríbele una carta (que no tienes que darle) y desahógate, busca tu manera de dejarlas salir. Puedes expresarla con la voz, con el movimiento, con ejercicio, prueba y descubre lo que más te ayuda.
Cuanto más expresemos, más sanamos, nosotrxs y el mundo. Así que te animo a que tomes ese rol de observadora y comiences a prestarle atención a esas emociones!!
Me despido con un abrazo lleno de alegría, tristeza, ilusión, rabia….
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