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  • Foto del escritorPau MujerNaturaleza

Deja ir lo viejo para dar espacio a lo nuevo

¿Te ha pasado alguna vez que te sientes estancada, y necesitas un cambio pero no te atreves a dar el paso, o no sabes que paso dar o cómo darlo? ¿Sientes inseguridad porque todas las opciones son inciertas y tienes miedo de no tomar la decisión correcta? ¿O te encuentras en una situación tan buena o estable que no quieres que se acabe?


Eso es lo que sucede en los procesos de cambio, y parte de ese cambio es aprender a convivir con la incertidumbre, con esa inseguridad, y con la poca certeza. Y esto nos cuesta porque hemos aprendido que los cambios son algo excepcional y que lo que debemos buscar es la estabilidad y linealidad. Por eso a veces los cambios nos cuestan tanto o, incluso se convierten en procesos estresantes.


Sin embargo, la vida es cambio, y si hay algo que nos enseña la naturaleza y nuestro ciclo menstrual, es que el cambio, no sólo es parte de nuestra vida, sino que es NECESARIO.


Los árboles florecen en Primavera, dan frutos en Verano, cambian de color en Otoño y pierden sus hojas en Invierno, y si no siguen este ciclo, no es posible que florezcan en la siguiente Primavera.

Nosotras tenemos todo un proceso hormonal, por el que ovulamos y si no nos quedamos embarazadas, menstruamos, y si no pasamos por este proceso, no vuelve a comenzar el ciclo que da la posibilidad a una nueva creación. De hecho, en nuestro ciclo menstrual somos como 4 mujeres diferentes, como las 4 fases de la Luna: Nueva, Creciente, Llena y Menguante. Y si no sucede una, no puede suceder la siguiente.



Lo que pasa es que hasta en nuestro ciclo hemos sido “alteradas” y se intenta que no vivamos esos cambios, o que lo vivamos lo más lineal posible. Por lo que, perdemos nuestra sabiduría natural del cambio y la ciclicidad. A esto le dedicaré otro post en mi blog, ya que ahora me quiero centrar en el cambio y su necesidad.


Es necesario cerrar procesos, dejar ir aquello que ya no nos pertenece o no nos hace bien, o que nos hace bien, pero nos hará quedarnos estancadas en algún momento convirtiéndose en algo negativo.

Y la realidad es que, si no cerramos o dejamos ir algo, no damos espacio a lo nuevo, no dejamos espacio a la nueva vida, a nuevas posibilidades, porque estamos utilizando toda nuestra energía en mantener una situación que debe transcender y transformarse. Es como si tuviéramos un vaso lleno de agua: si no lo bebemos o vaciamos primero, no podremos volver a llenarlo con algo diferente esta vez, y esa agua llegará a oler mal y pudrirse por estar estancada.


Cuando menstruamos, dejamos ir aquello que ya no debe seguir en nuestro cuerpo, la posibilidad de una creación, nos limpiamos y dejamos espacio para la posibilidad de una nueva creación (y no sólo biológica).

Por eso os animo a que abracemos el cambio, a que recuperamos la sabiduría, belleza y oportunidades que el cambio nos trae. Que dejemos ir lo que está estancado, para que nuevas cosas, personas, trabajos… lleguen a nuestra vida.


Y a veces para esto se necesita un acto de fé. Confiar y creer firmemente, que cuando deje ir algo, algo nuevo va a aparecer. Os reto a probarlo, aunque sea con algo pequeño: una camiseta vieja que nos gusta mucho y nos resistimos a tirar, dejar de hacer algo que realmente no te gusta pero haces por inercia, etc.


Y te animo también a que compartas tu experiencia!! ¡Me encantará leerte y que compartamos! Parece pura magia cuando estas cosas suceden… pura magia como es la naturaleza!!


Me despido con un abrazo que traiga el cambio a nuestras vidas!

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