Nunca termino de sorprenderme del poder que esto realmente tiene. Parece un simple eslogan, o algo que queda muy bien decir, y la realidad es que compartir con otras personas, y en mi caso con otras mujeres, ha sido mágico, muy poderoso y enriquecedor.
En el camino del autoconocimiento y la sanación, te das cuenta que es un trabajo que tienes que hacer por ti misma, en el que tienes que tomar la responsabilidad 100% de tu vida, y empezar a confiar en alguien en quien normalmente no habías confiado antes: en ti misma.
Sin embargo, no estamos solas en este camino, y cuando compartimos con otras mujeres nos sentimos acompañadas, no sentimos sostenidas, nos sentimos identificadas, entendidas, y eso nos da fuerza para continuar en nuestros caminos.
Y no solo eso, además aprendemos y crecemos juntas, porque nada es casualidad, y las mujeres con quienes coincidimos en nuestro camino, (al igual que todas las demás personas), nos traen algo, nos vienen a aportar algo a nuestro camino personal.
Cuando comparten su historia, a veces eso hace que algo en nosotras se active, o nos hace darnos cuenta de algo en nosotras que antes no estábamos viendo, nos hace identificarnos desde un lugar diferente quizá en nuestra propia historia, o nos hace darnos cuenta de recursos y cualidades que también tenemos pero sólo veíamos en otrxs. Ellas nos hacen de espejo y es una oportunidad para continuar aprendiendo de nosotras mismas.
Además nos permite apreciar la diversidad en otras, y la nuestra propia. En esta sociedad nos han enseñado a que encajar en la “norma” es lo bueno, y eso nos hace alejarnos de nosotras mismas, de nuestro propósito y de nuestra verdadera identidad. Cuando nos juntamos a compartir con otras mujeres y vemos la diversidad de experiencias, de culturas, de visiones, de vivencias, nos damos cuenta de que no hay nada normal, y que es mucho más bonito ser diferente, porque con esa diversidad nos enriquecemos y crecemos todxs.
En mi camino personal, tanto cuando he sido acompañada, como cuando acompaño a mujeres, me he sentido y me siento igual de afortunada y agradecida. He crecido, he aprendido sobre mí misma, he descubierto mi propósito y me he sentido con fuerza y valor para manifestarlo, Cada día me siento acompañada, apoyada, aprendiendo y sanando.
Gracias a todas las mujeres que habéis formado, formáis y formaréis parte de mi vida y de mi camino de autoconocimiento y reconciliación con mi sagrado femenino, gracias por vuestra sabiduría, vuestros aprendizajes, vuestras experiencias, vuestra curiosidad, vuestra fortaleza y sinceridad, por entregaros y por despertar.
El autoconocimiento nos hace crecer y sanar a todas y al mundo, así que os animo a que lo hagáis, a que os juntéis con otras mujeres que estén en un proceso similar y que compartáis toda esa sabiduría que lleváis dentro, porque esa no se encuentra en los libros… la llevamos cada una de nosotras en nuestro interior y, normalmente la tenemos bajo llave.
Os animo a que abráis la puerta y accedáis a ese conocimiento y sabiduría femenina, volvamos a nuestro origen y naturaleza!
Me despido con un abrazo sororo y agradecido!
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